Chile y los derivados
Las buenas noticias económicas e institucionales siguen fluyendo. Recientemente, la Bolsa de Comercio de Santiago firmó un acuerdo con la BM&F Bovespa para transferir el amplio conocimiento práctico, específicamente, en la operación con derivados financieros, de la bolsa de Sao Paulo a su par de Santiago.
Pensemos en un pequeño agricultor de la comuna de Ercilla que cultiva cereales y desea protegerse de los vaivenes de los precios internacionales de estos y del valor del dólar. Lo interesante de los derivados, es que incluso un emprendedor de menor tamaño podría utilizar dichos instrumentos para administrar volatilidades, en concreto, protegerse de los vaivenes de precio propios del negocio agrícola.
Desde los famosos trabajos de los profesores Black, Scholes y Merton en los años 70, el tamaño de los mercados de derivados ha crecido sin cesar en el mundo. Chile posee un interesante mercado en uno de los derivados más simples, el forward de tipo de cambio, también llamado seguro de cambio. Uno de los problemas de este tipo de mercado en que no se transan en bolsa y, por lo tanto, sus precios no son de dominio público. Uno de los principales atractivos del mercado de derivados, operando en una bolsa organizada, es la transparencia en los precios de los activos financieros transados que, unido a la estandarización del instrumento, pueden lograr la provisión de instrumentos a un costo muy bajo para sus demandantes.
Este acuerdo va en la dirección correcta y debe ser complementado con un apoyo a las pequeñas y medianas empresas, con lo que se lograría reducir los riesgos financieros que ellas enfrentan. Esto permitiría potenciar el nivel de actividad económico de este sector y, a partir de ello, incrementar el nivel de desarrollo del país.