El Biobío avanza: claves y desafíos para nuestra región
Para nadie es una sorpresa que Chile y el mundo atraviesan por momentos complicados en materias económicas, y la región del Biobío no está ajena a esta realidad. En nuestro último Boletín Regional Faro UDD estudiamos a fondo cómo ha evolucionado nuestra región en los últimos 5 años, donde nos encontramos con algunas buenas noticias, y otras, no tanto.
En términos generales, se observan avances significativos en algunas áreas, pero también se evidencian importantes desafíos. Una noticia positiva, por ejemplo, es el aumento de un 39% que ha registrado el ingreso laboral mediano en la región, pasando desde $356.100 en 2018 a $495.181 en 2022. Por otro lado, destaca positivamente la sostenida caída de la incidencia de la pobreza en la región, que ha pasado desde un 12,3% de la población en 2017 a solo un 7,5% en 2022. De igual forma, se observa que el número de empresas ha aumentado en los últimos cinco años, y los flujos de ventas, que cayeron de manera importante durante 2020 debido a las restricciones de la pandemia, se han recuperado incluso a niveles superiores que los observados en años previos a la emergencia sanitaria.
Sin embargo, no todo son buenas noticias. En materias de seguridad, los delitos de alta connotación social han registrado un aumento significativo en los últimos años, pasando desde poco más de 30 mil delitos ingresados al tercer trimestre de 2018 a más de 46 mil delitos al tercer trimestre de 2023. Por otro lado, y en línea con lo que ha significado la desaceleración del crecimiento económico a nivel país durante la última década, se observa que los flujos de inversión que han ingresado al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) en la región han experimentado una baja importante, pasando desde 2.679 millones de dólares en 2018 a poco más de 1.600 millones de dólares a noviembre de 2023.
¿Qué podemos hacer para potenciar las tendencias positivas? Sobre la base de las cifras, sin duda la región puede hacer mucho y esta frente a una gran oportunidad. Uno de los grandes desafíos para impulsar con mayor fuerza la inversión, es disminuir y ajustar los tiempos de las tramitaciones ambientales. Durante 2022 la tramitación de un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) en la región demoró en promedio un total de 1.666 días, mientras que a nivel nacional la demora fue de 1.059 días. Esta diferencia implica un costo mayor para las futuras inversiones, y también atenta con perder oportunidades importantes de generación de empleos.
La clave está en impulsar y poner en el centro el fomento de la inversión, y durante los próximos años el gran desafío es asumir ésta tarea como un trabajo compartido. Las autoridades locales, el sector privado y la sociedad civil deben unir fuerzas de cara a un solo objetivo en común: impulsar y conseguir que el Biobío continúe recuperándose y sobre todo, que siga avanzando por la senda del progreso.