Fortalecer relaciones con China
La economía china enfrenta desafíos significativos que han cuestionado su capacidad para mantener el liderazgo del crecimiento global. Sin embargo, ja pesar de los problemas que enfrenta el gigante asiático, su relevancia para Chile, y para el mundo, sigue siendo innegable.
Actualmente existe cautela en la comunidad empresarial para entablar relaciones con China. El sentimiento de desconfianza, alimentado por el largo aislamiento durante el Covid-19 y controvertidas decisiones gubernamentales, está afectando la percepción externa de China como socio comercial y de inversión.
A pesar de este escenario, Chile y otros países deben reconocer la relevancia atemporal de China. Para Chile, China es más que un socio comercial; es una puerta de entrada al mercado asiático, una fuente crucial de inversión y un actor determinante en el comercio mundial. Si bien es cierto que los flujos de inversión han disminuido y algunas empresas extranjeras reconsideran su compromiso con China, no podemos pasar por alto la realidad de que la economía china sigue siendo una de las más grandes del mundo.
Chile, como nación expor= tadora, ha establecido vínculos comerciales sólidos con China en sectores como minería, agroindustria y servicios. En tiempos de incertidumbre, más que alejarse, es esencial fortalecer estos lazos, buscar oportunidades y entender las dinámicas internas de China. No se trata de minimizar los riesgos, sino de adaptarse y navegar de manera informada.
La situación actual también es una oportunidad para Chile y otros países. Ante la evidente necesidad de China de restablecer la confianza internacional, se abren espacios para renegociar términos comerciales, explo rar nuevas áreas de cooperación y consolidar relaciones alargo plazo. Es vital que los países comprendan que el aislamiento o desvinculación total de China no es la solución; al contrario, es el momento de entablar un diálogo más profundo y constructivo.
En esa perspectiva, a pesar de las dificultades económicas y la percepción global desafiante de China, su relevancia para Chile sigue siendo fundamental. Es el momento de un enfoque estratégico, de fortalecer lazos y de reconocer que, en la globalización, el destino de las naciones está intrínsecamente ligado. Es esencial que, en lugar de cerrar puertas, busquemos puntos de encuentro y colaboremos para un futuro próspero mutuo.
Por desgracia, la discusión de las últimas semanas respecto del viaje que ahora mismo está realizando el Presidente Boric a China se ha centrado sobre los ejes equivocados. La conversación se ha enfocado en controversias estériles para los objetivos de Chile, en vez de en cómo incorporar y aprovechar nuestra relación de confianza con China, en función de los intereses económicos chilenos, para así tratar de reactivar una economía que se encuentra en cuidados intensivos. Esperemos que no sea demasiado tarde para rectificar el rumbo.