Money, money, money
En la práctica es relativamente sencillo percatarse que el dinero ha perdido el valor. Basta con darse una vuelta por el supermercado para comprobar que no se puede comprar la misma cantidad de productos con el mismo dinero que antes. Esto provoca que las personas se vuelvan más pobres, porque con los mismos niveles de renta se pueden adquirir menos bienes y servicios. Los efectos de la inflación se pueden observar con facilidad porque afecta a un grupo mayoritario; las familias de rentas medias y bajas. Estos, desconocen cómo se origina la inflación, pero entienden a la perfección los estragos que causa en el presupuesto familiar.
No obstante, comprender el origen de la inflación debiese ser tarea prioritaria para los encargados de política monetaria. Los economistas han debatido por siglos qué es lo que verdaderamente causa la inflación: ¿Es netamente un fenómeno monetario? ¿Es el dinero neutral a corto y largo plazo? ¿Cuál es el vínculo entre la economía real y la monetaria? ¿Cuál debiese ser, en estricto rigor, el rol el Banco Central (BC)?
El Directorio de la Fundación Plataforma Ciudadana Banco Central Autónomo, ha firmado una declaración pública en la que critican 3 enmiendas presentadas por algunos consejeros del PR en relación con la autonomía del BC respecto al texto original de Constitución preparado por la Comisión de Expertos. En el comunicado se posicionan en contra de cambiar la frase “estabilidad de los precios” por “estabilidad en la moneda”, ya que así es como se usa hoy en día internacionalmente. El argumento obedece a una falacia ad populum, no porque algo se use de manera generalizada implica que es correcto. El dinero es la representación material del valor subjetivo de un bien o servicio. El dinero se concibe como un tercer bien en el intercambio. Es un bien que me permite adquirir otros bienes porque se acepta generalizadamente (fiduciario): todos quieren tener dinero. Por lo tanto, la defensa del valor de la moneda es relevante en la lucha contra la inflación. El problema se origina porque el dinero ya no es más un bien tangible como el oro y la plata, si así fuera, sería más sencillo comprender la escasez relativa del medio de cambio. La complejidad radica en que precisamente, por decreto, se comoditizó el medio cambio, transformándolo en dinero fiat, y susceptible de ser creado y puesto en circulación sin tener una contraparte en la economía real. Por lo demás, el dinero nunca es neutral, no todas las personas usan el dinero para adquirir las mismas cosas y en la misma proporción.
Defienden, además, la idea de que el BC debe tener en cuenta la actividad económica y el empleo al momento de diseñar la política monetaria. El empleo y la actividad económica son elementos cíclicos, y la mayoría de las veces, los ciclos son impulsados artificialmente mediante el manejo de la tasa de interés por la política monetaria del gobierno de turno. Un manejo riguroso de la política monetaria incidirá indirecta y positivamente en las otras variables reales de la economía.
Por último, critican la enmienda que solicita revertir la reforma del año 2020 en la que el Congreso aprobó una modificación al artículo 195 de la CPR donde se le permite al BC comprar deuda pública en el mercado secundario. ¿No fue sino desde aquella reforma que la inflación comenzó a aumentar en forma sostenida gracias al aumento de la masa monetaria en Chile producto de las transferencias de dinero desde el Estado en forma de ayudas financieras junto con los retiros de los ahorros previsionales? Dicha crítica – ad verecundiam – se basa en el hecho que la reforma fue propuesta por ciertas personas de “gran prestigio”. Señalan, además, que sin esta facultad le estarían quitando autonomía al Banco Central, autonomía que tuvo de sobra en más de 30 años sin, precisamente, gozar de esa facultad.
Comprender la causa de la inflación no es tarea fácil. Sin embargo, la ciudadanía argentina aprendió la lección, por eso ellos ahora recitan al unísono: “la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario”.