Mujeres de montaña: Un día para pensar en su integración
Cada 8 de marzo conmemoramos el Día Internacional de la Mujer. Está reconocido que las mujeres juegan un papel fundamental para la protección de los recursos naturales, conservación del medio ambiente, desarrollo social y económico de sus familias y comunidades en ambientes extremos, como lo son las zonas rurales de montaña. Como afirma la Alianza para las Montañas de la FAO “las mujeres suelen ser las principales administradoras de los recursos de las montañas, guardianas de la biodiversidad, custodias de la cultura local y los conocimientos tradicionales, y expertas en medicina tradicional”.
Las regiones de montaña están menos pobladas, con sistemas ecológicos y económicos frágiles, y sus comunidades tienen menos acceso a la educación y la atención sanitaria que en las ciudades, en particular las mujeres y las niñas. El cambio climático y la brecha digital afectan a estas regiones de forma desproporcionada, ampliando las desigualdades de género existentes y planteando amenazas únicas a sus medios de vida, salud y seguridad.
A pesar de que a menudo las mujeres tienen un gran conocimiento de su entorno local y promueven prácticas sostenibles, tanto en sus hogares como en sus comunidades, sus voces no siempre son escuchadas ni se les da la importancia adecuada en la toma de decisiones. Por eso nos preguntamos, ¿por qué centrarse en las mujeres? Las mujeres viven y permanecen en la comunidad de la montaña. Allí crecen y educan a sus hijos, se ocupan de los animales, los cultivos, recursos productivos y la gestión del agua y administran la economía doméstica. Por esto, es necesario valorar sus tradiciones, sus conocimientos locales, su diversidad cultural, para reforzar su identidad local.
Sin embargo, las mujeres de estos ambientes más extremos permanecen invisibles debido a la falta de poder de decisión y al acceso desigual a los recursos. Los proyectos de empoderamiento a nivel comunitario son esenciales para apoyarlas, ya que reconocen las múltiples capas de discriminación a las que se enfrentan. Es evidente que se necesita un mayor sostén comunitario y la creación de espacios para la participación de las mujeres. La creación de poder colectivo a nivel local es fundamental para fortalecer las economías de las comunidades locales.
Con ello, se deben generar nuevos canales de financiamiento para que las mujeres de montaña puedan conectarse, colaborar, intercambiar aprendizajes y prácticas, y construir un poder común colectivo. Todas las partes involucradas en el desarrollo local en entornos de montaña deberían dar prioridad a un enfoque sostenible y dirigido por la comunidad, apoyando el liderazgo colectivo de las mujeres de montaña.
Si la mujer tiene acceso a recursos, y oportunidades, se convierte en una fuerza propulsora imparable en pos de la educación y salud de sus hijos y del desarrollo local. Debemos aportar al diseño de políticas públicas para el desarrollo sostenible de comunidades de montaña y fortalecer el lugar de la mujer en estos contextos. Al conocer estas mujeres y sus desafíos tenemos una tremenda responsabilidad para ayudarlas a levantar su voz que está lejos de hacerse escuchar.
Este día internacional es una oportunidad para crear conciencia sobre la necesidad de empoderar a las mujeres de áreas de montañas para levantar su voz, que puedan participar de manera más efectiva en la toma de decisiones para la creación de oportunidades para el desarrollo local sostenible al tiempo que ayudamos a disminuir la migración a las ciudades.