Las bases constitucionales del segundo intento
A casi 100 días del plebiscito se cerró el acuerdo sobre el nuevo proceso constitucional. Las fuerzas políticas, desde la UDI hasta el PC con excepción del Partido Republicano y el Partido de la Gente, suscribieron la noche del lunes un acuerdo que debe materializarse en un proyecto de reforma constitucional. Esta iniciativa contendrá las denominadas “Bases constitucionales”, los órganos del proceso constitucional: consejo constitucional, comité de expertos y comité técnico de Admisibilidad, el plebiscito ratificatorio y el itinerario constitucional.
Desde que se comunicó el acuerdo se han analizado hondamente los órganos que participarán en este nuevo proceso y en especial el rol que jugarán los expertos. Sin embargo, menos interés ha despertado el acuerdo sobre las Bases Constitucionales.
De cumplirse con este acuerdo, la nueva constitución deberá respetar y consagrar las Bases Constitucionales. Por nombrar algunas de estas bases, se establece que Chile es una república democrática y tiene un Estado unitario y descentralizado; que la soberanía reconoce como límite la dignidad de la persona humana y los derechos humanos, reconociendo que el terrorismo es contrario a los derechos humanos; que los pueblos indígenas forman parte de la nación, la que es una e indivisible; que Chile es un Estado social y democrático de derecho, cuya finalidad es promover el bien común; que Chile tiene tres poderes separados e independientes entre sí; que Chile protege y garantiza derechos y libertades fundamentales como el derecho a la vida, la igualdad ante la ley, el derecho de propiedad, entre otros.
Si se comparan las Bases Constitucionales con el texto vigente de la Constitución Política se encuentran significativas coincidencias, incluso la mayoría de las bases están explícitamente consagradas en la Carta Fundamental.
Si bien las Bases Constitucionales son resultado de un acuerdo, y como tal los que participaron del mismo probablemente no comulgan completamente con todas ellas, resulta sorprendente, al menos, que adhieran a estas las mismas fuerzas políticas que el 4 de septiembre votaron por la opción Apruebo, siendo que prácticamente ninguno de estos principios inspiró o se consagró en el texto constitucional rechazado. De ahí lo imprescindible de determinarlas a priori en este proceso e incluso crear un órgano especial que vele por su respeto, como es el Comité Técnico de Admisibilidad.
Resulta destacable en este acuerdo la existencia de las Bases Constitucionales y la creación de un órgano ad hoc que compruebe una eventual inadmisibilidad de las normas cuando sean contrarias a las Bases Constitucionales, impidiendo en parte la nueva arremetida de las ideas refundacionales que sin duda seguirán presentes en este nuevo proceso. Es de esperar, eso sí, que esta vez todas las fuerzas políticas se comprometan a respetar las normas procedimentales y sustantivas que guiarán este segundo intento y que su cumplimiento no se condicione al resultado de la elección de consejeros.