¿RENUNCIA A LA FUNCIÓN PARLAMENTARIA?
SEÑOR DIRECTOR
Algunos parlamentarios han sostenido que no les corresponde legislaren determinadas áreas deinterés social argumentando que setratade materias que deberá resolver la Convención Constitucional, Esta explicación debe ser rechazada, almenos, por dos motivos: Primero, es plausible argúir que parte de la crítica y desconfianza alasinstituciones nace justamente por la existencia de inercia legislativa enáreas sensibles. Posponer decisiones quele importanala población es contraproducente. Si se cree que las demandas sociales implican un nuevo pacto social endiversas áreas, esimportante tener presente que dicho pacto requiere
de nuevas leyes y nuevas prácticas políticas, no solo de un nuevo documento llamado Constitución.
Segundo, el argumento de los parlamentarios asume que las constituciones deben ser instrumentos que diseñen políticas públicas precisas. Aunque es posible que la nueva Constitución contenga este tipo de políticas, las constituciones y los procesos constituyentes son malos instrumentos para cumplir ese objetivo. Noes deseable para la democracia constitucional que la Convención cierre las puertas de la discusión política futura ni tampoco habrá tiempo para garantizar la debida deliberación de todas las materias asociadas alas demandas sociales y su implementación. En esto, el proceso legislativo es insustituible. Ambos, el proceso constituyente y el proceso legislativo, deben complementarse.
Una de las principales tareas del proceso constituyente debiera ser el diseño de procesos políticos que puedan poner término a la inercia legislativa y asegurar el autogobierno de las generaciones futuras. Lamentablemente, la renuncia a La función representativa de los legisladores va en la dirección contraria.