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UDD en la Prensa

¿Están pulverizados los partidos?

 Eugenio Guzmán Astete
Eugenio Guzmán Astete Facultad de Gobierno, Facultad de Educación (I)

A juzgar por los resultados electorales pareciera que la respuesta es afirmativa. Veamos algunas cifras. Primero, la participación fue más baja que en el plebiscito de 2020 (51%) o de la presidencial 2017 (49%), con a lo menos 1,1 millones de personas menos. No obstante, si se compara con la municipal 2016, los resultados son más auspiciosos, pues habría un aumento de ocho puntos porcentuales. Pero, dado que se trata de cuatro elecciones en una y la relevancia de ellas, la verdad es que debiéramos concluir que si hubo una baja.

Segundo, los 22 partidos participantes en la elección de convencionales sumaron un 59,8% y las 50 listas de independientes 40,2%, desangrando la votación histórica de los partidos. De hecho, en las elecciones anteriores a lo máximo que han llegado las listas de independientes es a un 17%.

Tercero, si consideramos las tres principales listas de partidos también en la elección de convencionales, observamos que Apruebo Dignidad (Frente Amplio más PC) obtuvo un 18,7%, Chile Vamos 20,6% y la ex Nueva Mayoría 14,5% (sin el PC), es decir, lejos de los porcentajes de 2016 y 2017 (53,8%).

El panorama es desalentador. Sin embargo, si miramos los resultados de las elecciones de concejales encontramos algo distinto. Las tres listas antes mencionadas suman porcentajes muy diferentes: Apruebo Dignidad obtuvo un 21,6%, Chile Vamos un 33,1% y la ex Nueva Mayoría un 34%. Es decir, con la excepción de Apruebo Dignidad, las otras dos obtuvieron más de 10 puntos porcentuales más en concejales que en convencionales. Es decir, el 88% de los electores decidió por partidos establecidos.

Ciertamente, esto podría explicarse porque el mantra “independiente” filtró todo el sistema de listas, permitiendo así la captura de votos; de hecho, no hay partido que no llevara independientes en sus plantillas de candidatos, no obstante, ello también ocurrió en las listas de convencionales de esos mismos partidos y listas. Luego, ¿cómo se explica esto? Una hipótesis es lo territorial, es decir, si algo tiene la elección de concejales es su carácter local y no “aéreo”, al concejal se le conoce más personalmente que al alcalde y al partido. Al mismo tiempo es la proyección del partido en la comuna, ciertamente más en algunas comunas que otras (las más pequeñas), pero lo concreto es que su acercamiento al tejido social es más directo, aun cuando sea más localizado. El concejal para reelegirse o elegirse debe realizar un trabajo permanente, y aunque otras autoridades también lo hagan, no lo hacen con la misma cercanía.

Si esta hipótesis es correcta uno de los problemas que enfrentan los partidos hoy es que su presencia local no sería suficientemente robusta, y solo en el caso de ciertas autoridades, en este caso los concejales, encontraríamos ese nexo. Es cierto, el tejido social de nuestro país no es muy espeso, pero, por lo mismo, requiere de mayor atención.

Si bien, esta hipótesis es una explicación entre tantas, no obstante, nos señala una de las claves que tendrán que afrontar los partidos a futuro, es decir, lo territorial. Pero, hay que advertir que lo territorial no tiene las mismas connotaciones que en los años 60, 80 o 90, tiene mayores complejidades de acercamiento y cierre de lealtades con los ciudadanos, particularmente en un mundo de clase media que en general es reticente a votar.

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