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UDD en la Prensa

“REENCANTAR” EL CRECIMIENTO

 Hernán Cheyre
Hernán Cheyre Director del Centro de Investigación Empresa y Sociedad, CIES

Bastante han dado que hablar los resultados de la encuesta de Criteria publicada por este medio hace un par de semanas, en relación con el descrédito en que ha caído el crecimiento económico como fuente de bienestar futuro.

Sin perjuicio de que la mayoría manifiesta que un bajo crecimiento pone en riesgo la posibilidad de convertirnos en un país desarrollado, así como de reducir la pobreza, y de que también la mayoría reconoce en esta variable una palanca fundamental para generar más empleos, está instalada la percepción —especialmente en las generaciones más jóvenes— de que detrás de este concepto subyace una sociedad más individualista y menos igualitaria, que perjudica el medio ambiente y que deja menos tiempo libre a las personas, entre otros elementos. Esto, a pesar de lo que muestran los datos objetivos en cuanto a reducción de la pobreza y de la desigualdad de ingresos, está justo en la dirección opuesta. Hay un enorme descrédito a lo que transmiten empresarios y políticos respecto del tema del crecimiento, por cuanto se considera que detrás de su mensaje hay algo que beneficia solo a unos pocos.

Esto se habría visto reforzado a partir de los casos de abusos que se han conocido en distintos ámbitos, y como consecuencia es toda la institucionalidad la que está en el banquillo. Sin ser este el espacio para reforzar los argumentos en defensa del crecimiento económico como requisito básico —aunque no suficiente— para poder alcanzar el desarrollo integral del país, un tema fundamental de abordar debe ser el de cómo ‘reencantar’ a la ciudadanía con este desacreditado pero indispensable concepto. En un contexto en que, por la razón que sea, el mundo empresarial no goza ni de credibilidad ni de simpatía, a pesar de la insustituible labor que desarrollan como generadores de riqueza para el país, me parece que lo procedente sería hablar desde la mirada de lo que significa la actividad emprendedora, y en especial del emprendedor como agente de cambio en la sociedad.

La libertad de poder desarrollar un nuevo proyecto cuando se detectan oportunidades, y de poder ser un actor protagónico en la búsqueda de soluciones en beneficio del resto de la sociedad, constituye una poderosa palanca para impulsar un crecimiento sustentable, y ese concepto deberían poder visualizarlo las generaciones más jóvenes. ¿Cómo lograr que la actividad emprendedora tenga legitimidad social? Una cancha pareja, con reglas claras e iguales para todos. En definitiva, más y mejor competencia, para que los nuevos emprendedores perciban que es posible ‘desafiar’ a los operadores tradicionales en los mercados. Este sería un importante primer paso.