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UDD en la Prensa

Nuevo Compañero

 Valentina Galleguillos
Valentina Galleguillos Coordinadora de Admisión

Todos sabemos que la tecnología ha ido avanzando a pasos agigantados. Sobre todo ahora, con el confinamiento, las cuarentenas… todos nos hemos tenido que adaptar a este gran salto para poder desempeñarnos en nuestros trabajos y labores diarias de la mejor forma.

El celular, con nuevas características que han ido apuntando a una productividad para que se vayan convirtiendo en nuestro mejor aliado, en nuestro nuevo compañero de trabajo.

Al punto que incluyen accesorios como un simple lápiz para tomar notas, apuntes mientras estamos en reuniones, como también la lista del supermercado… puntero laser para agilizar las presentaciones de powerpopint como también al punto de poder firmar documentos de forma electrónica para enviarlos por mail. Si le agregamos todas las aplicaciones que podemos instalar para que nuestro nuevo compañero sea aún más audaz como por ejemplo lectura de planos, edición de fotos, escaneo de documentos, videollamadas, ver la hora, revisar los correos electrónicos, etc. Al mismo tiempo nos mantiene cerca de las personas ya que con un simple mensaje nos conectamos con el mundo. Incluso hay personas que controlan a sus seres queridos con localización.

Ha llegado al punto que un niño primero es capaz de hacer el ejercicio de mover sus dos dedos (pulgar e índice) para agrandar o achicar una foto, antes de aprender a tomar una cuchara, pero nos hemos hecho la pregunta…¿Podemos vivir sin nuestro nuevo compañero? ¿Por qué lo dejamos siempre al alcance de nuestras manos? ¿Por qué constantemente lo estamos revisando, incluso cuando no vibra o no suena?

Hoy en día el 70% de los usuarios de celulares están experimentando la famosa Nomofobia que en pocas palabras significa NO-MOBILE-PHONE-PHOFIA. Al punto que adquieren baterías externas por si no tienen un red eléctrica cerca, poder cargar su celular y así no quedar desconectados.

Sienten que tener un celular en sus manos son capaces de controlarlo todo. Hoy las manos de los seres humanos no termina en sus propios dedos, sino más bien en el teléfono. Los oídos terminan con los audífonos y nuestros labios con el micrófono. Todo lo que nos rodea parece estar más interesado en una presencia virtual que en la real. Solo basta ver la locomoción colectiva o entrar a un café/restaurante, las personas están con sus extensiones (celulares) en la mano, aunque estén acompañados.

No se trata de no ocupar un Smartphone, si no más bien de crear conciencia y un balance entre ambas situaciones, de pensar que el celular es una herramienta de trabajo o conexión más que pensar que tiene vida propia y nos hace conectarnos con el mundo exterior.. Somos nosotros los que debemos controlar el equipo y no al revés.

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