Sentido de pertenencia
Han pasado más de 70 días desde el “18/0”, en donde la ciudadanía se ha expresado con contundencia: dignidad y equidad han sido parte de las demandas.
Lamentablemente la legítima y potente expresión ciudadana ha sido “acompañada” de una violencia extrema por un grupo menor que nada tiene que ver con dignidad y equidad, ni con las demandas colectivas.
Si bien estos hechos no han debilita do el fondo, han convertido el centro histórico de la ciudad en una «zona de sacrificio”.
También, han pasado más de 240 días desde que Concepción era elegida como “la mejor ciudad para vivir”, por una serie de atributos. Seguramente la gran mayoría de los habitantes de nuestra ciudad sentía con orgullo este “título”, y no le sonaba lejano, le hacía sentido.
Ciertamente hay algo de paradójico en el cruce de estos dos hechos significativos.
Algo pasó que parte de nuestra ciudad, que nos enorgullecía, fue soporte de esta violencia. Las galerías de nuestro centro, calle Barros Arana, calles emblemáticas de adoquín, partes fundamentales de nuestra identidad urbana, 10 se sintieron propias.
¿Por qué parte del centro histórico de la ciudad de Concepción fue destruido?
La expansión de la ciudad ha generado muevas zonas, nuevos barrios, incluso nuevos sub-centros, sin embargo.
El “18/0” colocó en evidencia que hay problemas en el centro histórico, problemas que incluso la periferia tiene más resuelto, algo que no supimos vera tiempo.
¿Habremos crecido tanto que ya el centro no nos “pertenece»?
¿Cómo fortalecemos el sentido de pertenencia de nuestro centro histórico?, ¿cómo lo sentimos propio nuevamente y de todos?
Recuperar su escala caminable y humana, su vida, su espíritu de barrio, lo cotidiano.
Su irremplazable capacidad de ser el reflejo de nuestra historia. Construir nuevos signos que nos identifiquen y nos reconecten física y emocionalmente.
La ciudad refleja, reciente, provoca. La ciudad es habitada, y es testigo de un tiempo y una época. El centro no volverá a ser lo mismo, no puede volver a ser el mismo. ¿Cómo resignilicamos este centro?
Si bien es un sustento económico del Gran Concepción, debe también atraer a la sociedad a vivir nuevamente en él. El espacio público, la esquina cotidiana, el vecino, pero también lo colectivo, la celebración y la expresión, establecer un diálogo entre ser el centro de un “barrio” y ser el centro de una ciudad, que nos pertenece a todos, más ciudadano que nunca.
Esta distancia de 240 días, de 70 días, hoy nos permite mirar con mayor objetividad lo sucedido, y con ello construir un diagnóstico, ojalá certero, que nos ayude a avanzar entre todos con propuestas a una mejor ciudad a una mejor sociedad, desde lo bueno que tenemos, como base, y desde las deudas y oportunidades pendientes como un horizonte común.