¿Qué hoja de ruta para el desarrollo?
Pese a que la desaceleración económica derivada de los acontecimientos del último mes es aún una noticia en desarrollo, la conveniencia de construir una Hoja de Ruta (HR) en materia de políticas públicas durante los próximos años es clara. En buena hora, porque no es posible abordar todos los problemas a la vez: se requieren prioridades que permitan ir combinando la necesidad de avanzar con las restricciones para hacerlo.Bajo ninguna circunstancia sería recomendable centrar el concepto de la HR en un listado de demandas sociales priorizadas y en los recursos para satisfacerlas, ya que el problema de fondo va mucho más allá de generar y asignar recursos fiscales.
Sin desconocer las carencias más urgentes, el diseño de una HR debe apuntar a generar condiciones para abordar los problemas desde una perspectiva sostenible en el mediano y largo plazo. Así, factor clave debería ser consensuar una agenda orientada a recuperar la capacidad de crecimiento económico, pero no solo para volver a la normalidad perdida como consecuencia del vandalismo y la incertidumbre, sino que abordando también aquellos problemas que constituyen una piedra de tope para aumentar el potencial de crecimiento, y que nos permitan retomar una senda expansiva con mayor fuerza.
Cabe mencionar en este sentido, entre otras, la necesidad de profundizar la competencia en diversas industrias; el proceso de eliminación de trabas y permisos para facilitar el ingreso de nuevos emprendedores; la modernización de la legislación laboral de acuerdo a las necesidades que impone el siglo XXI; y la necesidad de incorporar más innovación en nuestra matriz productiva, para lo cual una mayor conexión entre el mundo del conocimiento y el mundo de la empresa es algo fundamental. Mencionar estos factores en las actuales circunstancias puede parecer surrealista, pero este breve listado da cuenta del tipo de problemas de fondo que ameritan una discusión seria, si de verdad lo que se busca es retomar una senda de crecimiento que sea sustentable.
En el contexto de una discusión cuyo foco sigue centrado en el mejoramiento de diversas prestaciones sociales, es entendible que el debate empiece a encaminarse hacia una reforma tributaria, orientada a generar recursos fiscales adicionales subiendo impuestos. Sin embargo, se debe ser muy cuidadoso con el impacto que ello puede tener en la evolución de la actividad económica, actualmente muy debilitada, así como en las señales que se entregan.
Más que seguir subiendo tasas aquí y allá, lo prioritario debería ser la revisión de los regímenes especiales que siguen vigentes, que ya no se justifican. Asimismo, una condición previa que debería estar incluida en la HR debería ser un acuerdo político para reordenar el aparato estatal, buscando una mayor eficiencia en la forma como se canaliza el esfuerzo fiscal, para evitar seguir echando fondos a un saco roto.
No cabe duda de que las demandas que se han instalado en la sociedad dan cuenta de una realidad distinta a la que había hace casi dos meses, y hay que hacerse cargo de ella, pero esto no debe llevar a desconocer lo que con mucho esfuerzo el país ha logrado avanzar durante más de 30 años. Más que retroexcavadoras para destruir lo que se ha construido, lo que el país necesita son motoniveladoras para emparejar la cancha y poder brindar mejores oportunidades a todos los chilenos.