Estudiantes de hoy: ¿bienestar versus exigencia?
En el último tiempo los medios nacionales y extranjeros han comenzado a mirar con detención y preocupación los crecientes problemas que aquejan a los estudiantes universitarios de hoy y que redundan necesariamente en su calidad de vida y rendimiento académico. El estrés, la sobrecarga de trabajo, la falta de esparcimiento, los desequilibrios emocionales y la escasez de autocuidado ha sido objeto de diversas publicaciones de instituciones que se dedican a la investigación en educación y salud, y son problemas de que las universidades chilenas deben asumir como urgentes y prioritarios.
La encuesta Nacional de Salud Mental Universitaria de Chile revela que un 46% de los estudiantes tiene síntomas depresivos y muestras de ansiedad, y un 54% sufre de estrés.
Junto a esta problemática, existe un prejuicio generalizado sobre el estado actual de los jóvenes, y no es raro escuchar en reuniones sociales e incluso en el ámbito educacional, que ellos quieren lograr todo de la manera más fácil posible, que pertenecen a una generación del mínimo esfuerzo, que no se les puede exigir, etc.
Por otra parte, el Ministerio de Educación comenzó a levantar un catastro del apoyo psicológico a los estudiantes de educación superior, donde se da cuenta que al menos el 40% de estas instituciones ha tenido que desarrollar programas de algún tipo de apoyo psicológico. Esta preocupación por el bienestar de los estudiantes era probablemente impensable hace 10 años.
Observando esta realidad, se pone inevitablemente en agenda el dilema del qué hacer hoy con el Bienestar v/s la Exigencia. Por una parte, tenemos estudiantes que se quejan de una exigencia que no pueden manejar y que se traduce en angustia y falta de sentido y propósito, lo que impacta su bienestar general, y por otra parte, tenemos instituciones que se cuestionan cómo integrar este bienestar, sin bajar la exigencia propia de la formación profesional.
Entonces, se hace necesario, en primer lugar, para poder apoyar a nuestros estudiantes de hoy, definir qué es Bienestar. De acuerdo al Global Wellness Institute “Bienestar no es un estado pasivo o estático sino más bien una “búsqueda activa” que se asocia con intenciones, elecciones y acciones a medida que trabajamos hacia un estado óptimo Físico, Psicológico, Social, Espiritual, Emocional, Ambiental y Ocupacional”.
¿Qué responsabilidad nos cabe a nosotros, educadores, en la orientación, acompañamiento y apoyo que damos a nuestros estudiantes para que puedan desarrollarse de la mejor forma en una sociedad que crece en complejidad?
Según nuestra experiencia, se ha hecho necesario crear espacios para nuestros estudiantes, que los ayuden a transformarse en protagonistas de su bienestar. Y para eso, mantener la exigencia con cuidado y con sentido pareciera ser la ecuación perfecta, porque, si miramos los recursos de los estudiantes, y los consideramos como sujetos capaces de sus propios logros, reforzándolos positivamente, y acompañándolos en este tránsito, seremos coherentes con nuestro rol de formadores. Así, la exigencia cobra sentido.