Capital Humana
“Capital Humana” es uno de los conceptos definidos por la Asesoría Urbana de la Municipalidad de Concepción para la modificación número 15 que tendrá el Plan Regulador Comunal. Un concepto al borde de lo paradójico, pero es justamente ahí, en esa posible paradoja, en donde hay un gran desafío para Concepción.
Por un lado “Capital” hace referencia a una escala de ciudad, con un desarrollo económico, de infraestructura y equipamiento, que logra una autonomía y dimensión mayor, ubicándose en el centro, no necesariamente geográfico, de una configuración mayor. Por otro lado “Humana” hace referencia a una escala “1 a 1”, de persona a persona, una escala de barrio, medible y reconocible por cada habitante, caminable.
Recientemente se ha discutido sobre los parámetros de densificación, principalmente la altura máxima de las edificaciones. Concepción, desde su geografía tiene límites sumamente claros, que definen la expansión y los límites de la ciudad. Los ríos, los humedales, los cerros la dimensionan. Si eventualmente la comuna quisiera aumentar su población, es difícil hacerlo bajo el concepto de expansión, sin debilitar estos elementos.
Por otra parte, con las posibilidades futuras y actuales de contar con una línea de metro, sistemas de ciclovías, corredores de transporte público, consolidación de equipamiento, densificar en una altura definida es una posibilidad a evaluar.
Entonces, ¿Cómo congeniar un desarrollo de ciudad “capital” con una escala “1 a 1”?
Si bien, la definición de altura máxima es relevante, no es la única variable a considerar.
El urbanista Germán Bannen, en la década del 70´definió un seccional para Nueva Providencia que establecía una serie de decisiones que complementaban las alturas de las construcciones, pero sobre todo garantizaban que independiente de la diferencia de diseños y alturas entre cada edificio, se mantuviera una imagen colectiva y una doble condición, la de gran escala acorde a la proyección de la comuna, y la de escala humana acorde a la persona.
Se establecieron lógicas que repercutían en el perfil de una calle. Hacia las avenidas más residenciales la acera garantizaba un espacio público de calidad, retranqueando los edificios, considerando un espesor de antejardín, y hacia la calzada una línea de árboles de gran tamaño que constituían un lenguaje unitario, pero también una sombra y sobre todo una escala acorde al caminante. En las zonas de mayor flujo, la activación de los primeros niveles y su articulación con espacio público, servicios y comercio, establecían también una garantía de escala.
En Concepción, también se han tomado muy buenas decisiones de configuración y diseño urbano. La marquesina como elemento que permite protección contra la lluvia, las galerías como sistema comercial, de cobijo, caminables, el paseo peatonal Barros Arana, la Diagonal Pedro Aguirre Cerda, permiten mantener una escala humana en el corazón de la ciudad “capital”.
Avenida Chacabuco, logra una espacialidad notable. Si bien sus veredas no tienen un ancho con dimensiones óptimas, se configura con una secuencia de árboles que le entregan una identidad a lo largo de sus cuadras, protegen a los caminantes del sol y parcialmente de la lluvia, y sobre todo dimensionan la ciudad a una escala “1 a 1”.
Entonces, pareciera que junto a la definición de altura máxima, que debe ser precisa, según las distintas tipologías de calles y avenidas, la posibilidad de arborización como definición de identidad y escala, retranqueo y aporte al espacio público de nuevas construcciones, posible nuevos ejes peatonales, activación con equipamientos y servicios en zócalos de nuevos edificios, la consolidación de un sistema de transporte público que permita la disminución del uso de automóvil, se hacen fundamental incorporar en la discusión.
No es blanco o negro, 15 pisos o 2. La respuesta tiene la complejidad de la dimensión de una ciudad “Capital”, y la dimensión “Humana” de una ciudad.