Medidores inteligentes… y voluntarios
El anuncio de que el cambio de los medidores eléctricos antiguos por unos equipos inteligentes será voluntario, y no obligatorio, es una muy buena noticia para la libre competencia.Cuando el Estado obliga a los usuarios a adquirir un determinado producto, incluso si hay un beneficio directo para el consumidor, se generan efectos negativos en el mercado: aumentan los precios, disminuye la calidad, se afecta la oferta.
En una economía razonablemente estable como la nuestra, donde el mercado y la regulación estimulan la competencia, es absolutamente sensato dejar que sean las empresas quienes promuevan sus productos, en este caso sus medidores, y convenzan a los usuarios de sus beneficios, de manera de que nos motivemos a hacer el cambio libremente.