Hacia un legado
La presentación por parte del ministro de Vivienda y Urbanismo Cristián Monckeberg del proyecto definitivo para el “Mapocho Río” es una gran noticia para nuestras ciudades. No solo porque completar 9 kilómetros y 51 hectáreas más del sistema de parques fluviales que soñó en forma póstuma el premio nacional de arquitectura Mario Pérez de Arce Lavín, para llegar algún día a completar más de 42 kilómetros de espacio público, verde y accesible para todos los santiaguinos; sino además porque viene a revertir la enorme carencia de áreas verdes de las comunas como Cerro Navia, Quinta Normal y en parte Renca y Pudahuel.
El anuncio viene a cumplir además con el compromiso de campaña del presidente Piñera de recuperar las riberas, frentes fluviales, lacustres y marinos de las principales ciudades del país como parques públicos, corredores ecológicos, ejes para transporte peatonal, ciclos, trote y vida activa.
El caso de Mapocho Río incorpora una serie de inversiones que venía realizando el Gobierno Regional en términos de limpieza de escombros y un parque-pérgola en el sector de Carrascal, e incluyó un innovador proceso participativo de diseño, con varias jornadas de activación y consulta en terreno, así como un espacio online donde vecinos y futuros usuarios podían plasmar sus aspiraciones e ideas. Entre estas destaca la demanda por mayor seguridad y luminarias, así como una serie de memoriales y lugares que refuerzan la identidad de parte de las comunas con mayor población mapuche en la capital. El proyecto además contempla la eliminación de basurales y la erradicación de una serie de deshuesaderos de vehículos y microcampamentos que requieren urgente intervención. La apuesta es que las obras se inicien este año, y que las primeras etapas se abran al público el 2021.
Este trabajo viene a consolidar la capacidad profesional que el Ministerio ha creado con la nueva “Oficina de Proyectos Emblemáticos”, dirigida por el arquitecto Hernán Fontaine, quien junto a un destacado equipo de profesionales, asesores y funcionarios han logrado acelerar e implementar proyectos tan esperados como el nuevo parque marítimo en el sector Barón de Valparaíso -recogiendo las mejores propuestas del concurso de ideas-, el Borde Costero de Antofagasta, y el esperado rediseño de la costanera de Puerto Montt entre otros. Este equipo, además tiene la responsabilidad de avanzar en los diseños preliminares de lo que será la Villa Olímpica, que albergará a más de siete mil atletas para los Juegos Panamericanos del 2023 en el Parque Cerrillos, y que luego se convertirá en un nuevo barrio con cerca de 2 mil departamentos de integración urbana, iniciando el tan esperado desarrollo en el ex aeródromo.
Si bien se trata de una apuesta ambiciosa para un equipo tan reducido, y han surgido voces criticando que los diseños deberían licitarse o adjudicarse por concurso, es destacable que el Estado vuelva a fortalecer la capacidad de generar proyectos urbanos de calidad como en tiempos de la CORMU, ya que muchas veces el diseño e implementación de iniciativas tan urgentes y necesarias cae presa de la burocracia y los recovecos del sistema nacional de inversión pública. Si uno de los legados del primer gobierno de Piñera fue el ex parque Renato Poblete, hoy Parque de la Familia, es de esperar que esta nueva generación de parques logre ver la luz al término de su mandato. Pero también sería un gran legado institucional que se sigan reforzando las capacidades internas de equipos como la “Oficina de Proyectos Emblemáticos”, ya sea para diseñar, acelerar o colaborar como contraparte válida con todos aquellos arquitectos, urbanistas y paisajistas que trabajamos por décadas para revertir la gran deuda urbana que se tiene con nuestras ciudades.