Profesores para nueva escuela
Como explicaba ayer en su carta el señor Palma, hoy tenemos una escuela nueva y es cierto que ella exige mucho de nuestros profesores.
Soñamos con maestros bilingües, expertos en lograr aprendizajes profundos, versados en metodologías y conocimientos, hábiles en manejo de aula, y apasionados por la docencia.
Queremos que los profesores movilicen el aprendizaje de todos los estudiantes independientemente de su origen, condición o capacidad.
Sin embargo, pretender que toda esa experticia la adquieran en los escasos cinco años —cuando mucho— de formación inicial es irreal.
Como los médicos, también los pedagogos necesitamos actualizar y pulir nuestras habilidades mediante un proceso de formación continua.
Es hora de diseñar oportunidades de educación continua de alta calidad como aspecto esencial en la formación de nuestros profesores y fundamento de su cultura profesional.
Las horas en aula de nuestros profesores sin duda contribuyen a su formación, pero el trabajo atolondrado en la rutina diaria de la escuela hace difícil alcanzar las ventajas de una labor más reflexionada.
Bien pensada, la formación continua brinda una oportunidad explícita para estudiar y decantar lo aprendido en la práctica, al tiempo que permite a los profesionales conocer y ejercitarse en nuevos conocimientos y estrategias.
Estamos a tiempo para hacer los cambios necesarios en la formación continua de nuestros profesores, que nos ayuden a tener las nuevas escuelas que nuestros niños y jóvenes necesitan.